Las relaciones comunitarias e internacionales del Reino de España y los Estados Unidos de América se mantienen sujetas al marco constitucional del propio Estado en la medida que en uno como en otro caso es éste el que sirve para abrir o cerrar la puerta a la posibilidad de una capacidad legislativa, ejecutiva y judicial exterior. En el ensayo introductorio a ésta compilación de tratados de derechos humanos, precisamente demostramos que la capacidad legislativa del Estado español o del norteamericano no se ha limitado sino que se ha optimizado dentro de sus propios límites o marcos constitucionales al conformar parte de la Cultura político constitucional Euro-atlántica.